El Low Rider fue una forma de manifestación de la cultura chicana (cultura mexicana-estadounidense), en la cual se modificaban coches clásicos, como una forma de vivir y manifestarse ante la sociedad.
Su origen se remonta a la década de 1950 en Los Ángeles, cuando los mexicanos adquirían autos antiguos y baratos marca Chevy, pues eran los mas económicos y lo único que podían comprar para competir con el anglosajón, y hasta ahora siguen siendo los preferidos.
A falta de dinero, (pero con sobrada creatividad); sus dueños bajaron la suspensión y exageraron en adornarlo con todo lo que fuera posible para hacerlo mas vistoso, como alfombrarlo por dentro y cromar hasta los frenos y motor, pero lo más importante: siempre mantenerlo impecable. Así nació el estilo Lowrider.
A finales de 1950, California promulgó una ley contra autos demasiado bajos, y a algún mexicano se le ocurrió probar el tren de aterrizaje de un avión por los amortiguadores, y poder controlar la altura del chasis cuando estaba una patrulla cerca y evitar una infracción. Mas tarde se perfeccionó, y hoy existen costosos sistemas hidráulicos para hacerlos “brincar” y participar en competencias de salto
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